Cada año se desperdician 1.300 millones de toneladas de comida en todo el mundo, es decir, una tercera parte de los alimentos producidos según un informe de la ONU.
Claro está que la cantidad de comida que se desperdicia varía de unos lugares a otros del mundo. Un europeo o estadounidense desperdicia entre 95 y 115 kg/año. Los españoles estamos en una media de 63 kg de comida al año, lo que se traduce en unos 250 € por persona y año. Las frutas y hortalizas son los alimentos más desaprovechados según el informe.
Además de lo que socialmente hablando supone este desperdicio de comida, no debemos olvidar que también supone un deterioro al medio ambiente: agotamiento de recursos naturales, contaminación por pesticidas, transporte y empaquetado y por supuesto, producción de residuos y gases de efecto invernadero.
Es necesario replantearse esta cuestión por dos motivos principalmente. El primero porque millones de personas pasan hambre y con lo que se produce se podría alimentar a toda la población, en lugar de desperdiciarlo y en segundo lugar y no menos importante, porque este desperdicio supone un deterioro a nuestro entorno, del cual a su vez dependemos para poder seguir produciendo alimentos.
Una vez más, casi como todo, es cuestión de educación y concienciación.
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